Limpieza politica Canadiense
Como ya habíamos escrito anteriormente el gobierno liberal de Jean Charest cayo por corrupción. Hay un dicho gringo que dice la mierda corre hacia abajo. Pues bien, ahora le toca a los alcaldes. El área metropolitana de Montreal esta compuesta por varias alcaldías que a su vez son administradas por el alcalde mayor, junto con otras alcaldías independientes de los suburbios mas importantes. Tanto el alcalde mayor de Montreal (Gerald Tremblay) como el alcalde del suburbio mas importante de Montreal -Laval- (Gilles Vaillancourt) cayeron también por corrupción en una salida mas ruda que la de Charest.
Hace un tiempo se conformo la comisión Charbonneau, que se encarga de investigar las acusaciones de corrupción en la alcaldía mayor. Esta comisión destapo la olla y alboroto el avispero. Los contratistas de la alcaldía declararon que efectivamente, se les exigia pagar alrededor de un 10% del monto del contrato, que estaría destinado a sobornos a los ingenieros de la alcaldía (para aprobarlos como contratistas) y 3% de este 10, iria como contribución al partido del alcalde.
Estas declaraciones crearon horror en la población Canadiense. Tremblay negó al principio cualquier conocimiento de estas maniobras. Sin embargo, gente de su confianza estaba implicada, lo que hacia mas difícil creerle que no sabia nada. Si bien no hay pruebas -hasta ahora- de que el se enriqueció con estos contratos, no se puede esconder que su partido y sus subordinados si se beneficiaron. Algunos amasaron mas de 250 mil $ en sobornos, durante los 10 años de mandato de Tremblay.
A Tremblay todavía le quedaba un año de gobierno, suponemos que intentaba negar estas acusaciones para poder llegar a las próximas elecciones. Si el hubiera al menos dicho que no se iba a re-elegir, tal vez hubiera sido aceptado un poquito mas el cuento de que “el no sabia nada”. Pero al negarlo rotundamente, la presión aumento hasta el punto de tener que renunciar a su cargo y de su vida política.
Es desafortunado este fin, pues a pesar de todo Tremblay tuvo sus aciertos. Por ej, el programa Bixi ha sido un éxito mundial. Y si bien no ha funcionado del todo en su ciudad natal, en Londres, Washington, Ottawa, Toronto, etc. el sistema ha sido un éxito. Que quede claro que no es que esas ciudades se inspiraron en Bixi, no esas ciudad *usan* Bixi, pues esta licencia su sistema a tras localidades.
De igual manera el Sr. Vaillancourt le salpico estas denuncias de corrupción. Vaillancourt también tenia mas de 10 años en el poder. Cuando comenzaron las acusaciones, este se retiro de su cargo de manera temporal y súbitamente bajo la excusa de que estaba enfermo. Al final, tuvo también que renunciar a su cargo, para poder salvar su pellejo.
Mientras tanto en Toronto, su alcalde -también- esta en salsa. Si bien los cargos en contra de este son un chiste en comparación a los de sus ex-colegas Montrealeses, no deja de estar en peligro. Por su lado, Ford ha sido controversial en cuanto a sus posturas (de todo) y no ha sido muy político en cuanto a estas, es decir, si no les gusta (a la población) no le importa. Esta personalidad no lo ha hecho muy querido en la ciudad.
Pues bien, Ford maneja/administra un equipo de fútbol americano en una secundaria. El procedió a pedir colaboración para este equipo usando cartas con el membrete de la alcaldía de Toronto. Una posterior comisión al respecto concluyo que hacer esto es “conflicto de intereses”, y que por lo tanto Ford debía pagar de su bolsillo, los 3 mil y pico $ recaudados bajo esta modalidad. Ford -desafiante, se negó a pagar. La comisión no tuvo mas opción que sacarlo del cargo por desacato. Es decir, por míseros 3 mil $, el alcalde de la ciudad mas poderosa de Canada pierde su cargo.
Ford apelo la decisión y sigue en el cargo. Esto, mientras se investiga la apelación. Pero si se mantiene el veredicto el tendra que renunciar definitivamente a este.
Como he dicho anteriormente, la corrupción existe en todos lados, aun en Canada, uno de los países menos corruptos del mundo. Y si bien parece que estamos podridos, es al contrario, el sistema esta funcionando (lento pero lo hace) y se esta desasiendo de sus manzanas podridas. Lo de Tremblay y Vaillancourt son hechos graves, pero en comparación a los casos de corrupción de Latinoamérica, son nada. Y por eso es que el sistema funciona, pues las cosas no llegan a niveles críticos.