Salvemos al Anarcopanda!
Durante las manifestaciones estudiantiles, marchaba junto con estos un personaje el cual fue bautizado Anarcopanda. el objetivos de su apariencia apacible, era calmar ambos bandos ofreciendo abrazos tanto a policías como estudiantes.
Sin embargo, el daño material a los comercios durante las marchas eran efectuados por personas encapuchadas. La ciudad creo una ordenanza prohibiendo cubrirse la cara durante una manifestación, esta ordenanza afectaba -directa pero involuntariamente- al anarcopanda.
El anarcopanda salio del anonimato y fue al tribunal a presentar su queja formal por la nueva ordenanza puesta en curso, ya que con este peluche no podría continuar dando abrazos para calmar los ánimos.
Esta experiencia sirve para apreciar los dos lados de la moneda de una ley:
Por un lado trata de evitar o minimizar la impunidad de quienes se aprovechan del anonimato para efectuar vandalismo. Por el otro lado afecta a gente quien también utiliza el anonimato para hacer el bien.
Nada fácil la decisión.
Dios salve al anarcopanda! 🙂
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